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sábado, 11 de septiembre de 2010

COMO SI NADA





Su cuerpecito pedía caricias y en la primera noté sus huesos como si fuese un esqueleto viviente, sin músculos ni grasa ni órganos ni tendones ni venas, todo huesos; un saquito de huesos muy guapo, un galán dulce, simpático y tierno que inmediatamente me conquistó y me enamoró, como un flechazo, y creo, no sé si pretenciosamente, que él también sintió algo de química conmigo. Noté como si le gustasen especialmente mis caricias y le prometí más, muchas más, que le acompañaran y le aliviaran y le endulzaran.  


Un saquito de huesos que me dio grima la primera vez por su extrema fragilidad, como si estuviera acariciando una estructura de un museo de paleontología, como si pudiera dolerle una caricia, pero que solicitaba tan claramente mis cariños que pudo más su fuerza que mi temor.


Esta tarde R. pidió a S. que le llevara de nuevo de su cuarto al jardín. Sus ganas de vivir eran tan grandes. Al poco ya no podía moverse, y se fue yendo, apenas en media hora; como sumiéndose, se fue apagando, poco a poco, como si nada. Se fue. Yo no estaba allí para acompañarle, yo no estuve nunca más. Yo no le acaricié más ni le podré acariciar jamás: siento una culpabilidad retroactiva que me desborda; rebosan las lágrimas que no han cesado en toda la tarde.


Imagino a S. destrozada, acompañada por su familia, todos viviendo su dolor en la intimidad, en silencio, sin moverse, sin aspavientos ni gritos, pero desgarradamente. Los seis se han quedado tan solos, tan de repente.


R. pasó sus últimos días con la persona que más cariño podía darle de todo el mundo y en la mejor familia de todas las que existen; su final fue el mejor imaginable. Ahora ya no sufrirá más, ahora descansa en paz; ahora su cuerpecito ya no tiene dolores ni necesidades; ahora sonríe.


Era un gato guapísimo, y yo no volví a acariciarle como creo que le habría gustado.

11 comentarios:

BLAS dijo...

Lo siento de veras. Al menos te queda saber que al final estuvo con personas que le querían y le daban lo que necesitaba: Cariño y amor. Ojalá todos tuvieran esa oportunidad, verdad?

Me he acordado mucho de tí hoy. Un amigo tenía un perro estupendo, pero despues de diecisiete años murió. Ha estado de luto un par de meses, pero necesitaba tener otro acompañante peludo. Le prometieron uno de su raza favorita de una camada que iba a ser encargada y estaba muy ilusionado. Pero hace poco tiempo pasó por casualidad por una perrera y no pudo evitar llevarse consigo a un compañero de mirada triste y anhelante lleno de cicatrices, Dios sabe que raza y asustadizo. Ahora el compi se pasa el día a sus pies, ya no está flaquillo, sino algo más robusto, aunque tampoco para echar cohetes. Sigue teniendo cicatrices, pero cada vez más cerradas. Su mirada es anhelante, pero ya no es triste, sino brillante y vivaz. Aunque desconfia por naturaleza... Demasiadas cicatrices de otra clase. Tengo suerte, a mi se acerca y me acepta, deja su cabeza sobre mis rodillas y se deja acariciar. Aunque me costó tiempo y paciencia. No podía dejar que se fuera sin saber que podía sumarme a su nueva lista de amigos. EStoy muy contenta con este nuevo amigo y quería transmitírtelo, porque sé que a tí también te alegrará un poco a pesar de la pérdida.

Un besote, guapa.

Maritoñi dijo...

Muy interesante la historia, al principio pensé que hablabas de Epo. Luego, los gatitos, tienen eso, que son tan guapos...

Besos, baja a Granada, Fauve

Fígaro dijo...

La vida es un ronroneo..

Besos

Bye

Unknown dijo...

Yo creo que el amor le llegó justo a tiempo, y que la tristeza debe tener una entidad relativa en este caso. Yo lo veo como en las películas con final feliz, aunque final al fin, en el que son felices para siempre los protagonistas. Nada habrá de lastimarle a partir de ahora, y se marchó al cielo de los gatos en un eterno happy end.

jairo F.Quindós dijo...

Sin duda la mirada de un felino expresa más que cualquier otra mirada DEP, seguro que esos últimos segundos fueron de paz

Anónimo dijo...

Holaaaaaaaaaaaaaaaaaa!!
Aissssss
A ver por donde empiezo...
Bueno, en primer lugar, venía a darte las gracias por todos tus comentarios, y por tu apoyo....jejejeje, no te puedes ni imaginar la ilusión que me hace!!!
Por otro lado, preguntarte, ¿dónde vives? ¿vives cerquita de mi??
Porque si vives cerquita de mi ya esamos quedando pá tomar un cafetito ehhhhhh????
Bueno cielo, ahora estoy un pelín desconectada, porque me salió un proyecto del que ya os hablaré y que me tiene absorvidita, pero prometo ponerme al día en cuanto pueda y visitaros a todos tranquilamente.
pd: la entradita es muy triste...snif, snif...es real o es literaria?
Besitos mil y muchas gracias por animarme ayer..jajajaja, no paré de hablar, hice casi todo el programa yooooo, anda queeeee....
Besos!!!

Arwen dijo...

Mi querida niña. Estoy un poco out estos días y no sé nada de tí. Y ahora leo esto. Tu sabes como yo que al menos tuvo su momento de paz y felicidad aunque fuese efímero, al menos no se fué solo. Un abrazo enorme de oso.

Tropiezos y trapecios dijo...

Si se mira por el lado positivo dejó de sufrir. A veces los seres más frágiles son los que más vida nos dan.

Esté donde esté mientras viva su recuerdo él estará contigo.

Un abrazo.

Oski.

Chary Serrano dijo...

Se quiere mucho a los animalitos. Yo tengo perros y ya se me han muerto algunos, se de lo que hablas.
Uno, concretamente lo pasó muy mal porque el pobrecito pasó mucho, retorciéndose, con convulsiones, no sabíamos que hacerle hasta que murió.
Fué horroroso, un perro totalmente sano... según el veterinario puede que lo envenenaran.
Fué un gran golpe para nosotros.

Fauve, la petite sauvage dijo...

Blas, preciosa historia; respeto a la gente que se compra un animal, pero sabiendo la cantidad de ellos que hay que no tienen un hogar y sobreviven en condiciones lastimosas, no sé, quizás es por desconocimiento de la situación o por miedo a que esos animales "sin raza pura" sean peores o algo así... los que descubrimos que se trata de justamente todo lo contrario no podemos comprender que se puedan comprar y vender animales. Un beso y muchísimas gracias por venir por aquí.

Maritoñi, qué delicia verte aquí; no, no es una historia sino lo que pienso, ¡escribo así de mal! Bueno, sí que es una historia, pero real como la vida misma y, efectivamente, los gatos son tan guapos, en todos los sentidos, que queremos que tengan la mejor de las vidad y nos cuesta tanto separarnos de ellos... Estoy deseando bajarjme al sur de Granada, con la sierra por hogar, que cantaba el del río aquél, tú y yooooo y el amoooor que nacióen tre los dos, churup, pachurup, pachurup, pachú chú chú churu churup... ¡Te quiero tanto!

Larra, un ronroneo de placer y de miedo, de felicidad y de dolor, de gusto y de pena. Efectivamente. ¡Besos!

Rodrigo, yo no sé cuándo es justo a tiempo, yo no sé cuándo es suficiente... sé que sí que fue feliz y quizás tenía que ser así y así fue. También creo que todo es relativo, hasta la tristeza infinita. ¡Muchas gracias por tu comentario!

Jairo, no lo sé, yo no la presencié, pero los gatos dicen tanto con sus miradas y con sus todo, de los perros dicen que sólo les falta hablar, pero a los gatos ¡ni falta que les hace! ¡Saludos!

Marisilla, ¡es que es verdad! Me lo paso pipa en tu blog, lástima no estar más veces, soy bastante mala organizándome y no consigo hacer en internet todo lo que quiero (¡hay tantas cosas!) Y sí, soy de Coruña y a lo mejor hasta somos vecinas y no lo sabemos, jajajaj, yo no pienso poner en público dónde vivo así que si quieres escribirme, ¡ya sabes! Yo, encantada. Estuviste genial en el programa, ¡ayer estuve yo! y me pasaré por tu blog a ver qué hay de ese nuevo proyecto. Ya habrás visto que no, que la historia es real como la vida misma. ¡Besos!

Arwen querida, y sigues sin saber porque he estado con gripe en cama y ¡sin poder hablar! hasta ayer que lo hice en el programa de Luz de Gas y hoy que me he levantado y aunque estoy un poco chof pienso pelear contra la gripe para que no pueda conmigo, ¡vamos, hombre! Como ves la temporada ha sido triste, y eso que tengo la suerte de que yo no he vivido aún esas experiencias, pero no quiero ni imaginármelo, y también sé que ni puedo. Cuánto lo siento. Cómo estás, espero que siguiendo, siguiendo. Muchos besos, niña, a ver si te llamo.

Oski, sí, yo pienso igual, pero no sé si es porque yo no he vivido aún una experiencia así (el gato no era mío sino de una amiga) y si de refilón sufro tanto, que le toque a uno debe de ser tan terriblemente duro que hay que agarrarse a la parte positiva, siempre.

Chari, ya ves, sabes más que yo, qué terrible, grandes y duros golpes que terminan con toda una vida compartida de felicidad y entrega que no se cambian por nada, ¿verdad?

Estoy segura de que mi amiga habrá leído vuestros comentarios y le habrán reconfortado; os doy las gracias por mi parte por haber comentado aquí y pido disculpas por tanto retraso en contestar, ¡cada vez soy más desastre!

María dijo...

La verdad es que los animales son los mejores amigos del hombre, y jamás nos defraudarán, como en cambio, lo pueden hacer las personas, y cuando se mueren sentimos mucha pena, como si parte de nuestra alma se fuera con ellos.

Te agradezco muchísimo tus huellas y reflexiones dejadas en mi blog, me parecen todas muy interesantes, y no veas lo que te agradezco lo de los libros.

No quiero perder tu blog, por eso mismo, lo acabo de dejar enlazado en mi lista de blogs.

Tus palabras transmiten mucha transparencia y espontaneidad, me ha encantado conocerte, no sabes cuánto.

Un besazo muy grande.