Busco en internet algo que te ayude; leo consejos sobre las fases del duelo y me entran ganas de imprimirlos para hacer con los papeles bolas y tirar éstas a la papelera, con rabia.
Vivirá en tu recuerdo; será inmortal como Soseki, que se me viene a la memoria y me siento frívola por comparar tu terrible historia real con un libro e, inmediatamente, me acuerdo de que el libro se basa en la historia real del gato Soseki, libro que tanto me gustó; y pongo Telemadrid y ahí está Sánchez Dragó como por arte de magia, hablando con su invitado, Villena, o Cuenca, que ya ni me acuerdo de su nombre tampoco ni me importa; hoy sólo me acuerdo de ti y de tus gatos. No puedo ni escucharlo; he intentado entretenerme y no he podido, ¡cómo estarás tú!
Ella descansa en paz y no sufrirá más, tuvo una vida feliz, no sólo digna sino la que una diosa como ella debe haber tenido y lo sabía, te lo agradece desde donde esté, si es que está en algún sitio, y no quiere verte sufrir, pero lo harás, lo harás, y yo lloro por ello.
Ahora con Sánchez Dragó hablan de Jaime Gil de Biedma y de resucitar al difunto, y no quiero escuchar.
Lloro tu llanto, L, y te acompaño si no en el sentimiento, que es tuyo y único, sí en el hecho de estar a tu lado para que cuentes conmigo siempre que lo quieras, necesites o desees.
Mi más sincero y sentido pésame, queridísima L.
Se fue en busca de los chiquitines...